Seguramente muchos recordaréis las clases de la escuela primaria en donde nuestra maestra enunciaba que uno de los usos más primitivos de la la energía solar era el de su aprovechamiento para la cocción de algunas comidas, algo que ha sido implementado en el hogar de distintas formas, muchas de ellas por demás llamativas, apelando a los más innovadores adelantos tecnológicos (por ejemplo, para calefacción)
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